Por Ana Sandoiu
La mayoría de las pastillas para dormir son tan fuertes que es poco probable que el sonido de una alarma contra incendios despierte a quienes las toman. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience, propone una alternativa más segura a estos medicamentos.
Un tercio de los adultos en los Estados Unidos no duermen lo suficiente de forma regular, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Entre 50 y 70 millones de personas padecen trastornos del sueño como el insomnio o viven con privación del sueño.
Los CDC también informan que aproximadamente el 4 por ciento de la población de EE. UU. De más de 20 años toma pastillas para dormir y que esta cifra tiende a aumentar con la edad y la educación.
Según la misma fuente, 1 de cada 8 adultos en el país que tienen problemas para dormir toman medicamentos para dormir.
¿Pero qué tan seguras son estas drogas? Los investigadores han relacionado varios efectos adversos para la salud con el uso prolongado de los productos para dormir, y el riesgo de adicción es bien conocido.
Una nueva investigación apunta a otro peligro para la seguridad que las pastillas para dormir pueden representar. El profesor Tomoyuki Kuwaki, Ph.D., de la Universidad de Kagoshima en Japón, y sus colegas señalan en su documento que mantener “la capacidad de despertarse del sueño en respuesta a situaciones peligrosas es una característica ideal de los hipnóticos seguros”.
Pero la mayoría de las pastillas para dormir no tienen esta característica. En un ensayo de hipnóticos de uso general citado por los investigadores, la mitad de los participantes que tomaron los medicamentos no se despertaron con el sonido de una alarma de incendio.
Sin embargo, el profesor Kuwaki y el equipo pueden haber encontrado una solución a este problema. Los investigadores probaron una nueva droga hipnótica en ratones y encontraron que los roedores se despertaron tan rápido como sus homólogos libres de drogas cuando se enfrentaban a una señal de peligro. También pudieron volver a dormirse con la misma rapidez cuando desapareció la amenaza.
Estudiando una alternativa más segura a las pastillas para dormir
El profesor Kuwaki, quien es el autor principal del estudio, explica cómo funcionan las pastillas para dormir. Las benzodiazepinas, el tipo más utilizado de ayuda para dormir, suprimen la capacidad de nuestro cerebro para responder a la información sensorial que procesa durante el sueño.
Estas píldoras “estimulan el receptor cerebral generalizado GABA-A”, explica el investigador, “que nos adormece, pero también suprime las áreas del cerebro fuera del objetivo, incluido el ‘guardián’ que decide qué entradas sensoriales procesar”.
El Prof. Kuwaki y sus colegas plantearon la hipótesis de que una nueva clase de hipnóticos, llamados antagonistas duales del receptor de orexina (DORA, por sus siglas en inglés), pueden permitir que el cerebro se mantenga alerta a las señales de peligro, brindando una alternativa más segura a las pastillas para dormir existentes.
Para probar su hipótesis, los investigadores administraron DORA a un grupo de ratones, dieron a otro grupo una benzodiazepina llamada triazolam, y administraron un placebo al tercer grupo.
“DORA-22 y triazolam tuvieron efectos similares para promover el sueño, extendiendo la duración del sueño profundo en un 30 a 40% en comparación con el placebo”, dice el Prof. Kuwaki.
Al cabo de 1 a 4 horas de darles a los ratones las pastillas para dormir, los investigadores les presentaron varias señales de peligro: el olor de un zorro, un sonido alarmante o un temblor de sus jaulas, que simulaba un terremoto.
Cómo afectan los DORA al sueño y la vigilia
“Como se esperaba, la excitación en respuesta a estos estímulos amenazadores se retrasó significativamente en el tratamiento con triazolam, pero no en el tratamiento con DORA-22, en comparación con el placebo”, informa el autor principal.
Es importante destacar que los efectos de DORA-22 que inducen el sueño continuaron después de que la amenaza hubiera pasado.
“Aunque los ratones tratados con DORA-22 fueron despertados rápidamente por una amenaza, posteriormente se quedaron dormidos tan rápido como con el triazolam, y significativamente más rápido que con el placebo”, dice el Prof. Kuwaki.
Los DORA también tienen menos probabilidades de inducir somnolencia al día siguiente y afectar la capacidad de la persona para conducir vehículos. Se necesitan ensayos clínicos en humanos para probar más a fondo los beneficios y la seguridad de los DORA, pero los investigadores tienen la esperanza de que los beneficios se traduzcan en humanos.
“Aunque queda por verse si los DORA tienen las mismas propiedades cuando se usan en humanos, nuestro estudio proporciona información importante y prometedora sobre la seguridad de estos hipnóticos”. -Profesor Tomoyuki Kuwaki