Por Ana Sandoiu
Un nuevo estudio publicado en la revista Scientific Reports ha identificado tres nuevos subtipos de depresión. Los hallazgos ayudan a explicar por qué algunos tipos de depresión no responden bien a los medicamentos.
Según estimaciones recientes, la depresión afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. Más del 60 por ciento de las personas que viven con depresión han experimentado un deterioro grave como resultado, y hasta el 30 por ciento de las personas que viven con depresión no encuentran alivio en los tratamientos existentes.
Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) son los medicamentos más comúnmente recetados para la depresión. Funcionan al aumentar los niveles de la “hormona de la felicidad” en el cerebro: la serotonina.
Una nueva investigación puede ayudar a explicar por qué los SSRI no pueden abordar completamente algunos tipos de depresión. Un equipo dirigido por el Prof. Kenji Doya, de la Unidad de Computación Neural en el Instituto de Graduados de Ciencias y Tecnología de Okinawa (OIST) en Japón, ha identificado tres nuevos subtipos de depresión.
Mapeo del cerebro en depresión
El profesor Doya explica la motivación del estudio reciente y dice: “Siempre se ha especulado con la existencia de diferentes tipos de depresión, que influyen en la eficacia del medicamento. Pero no ha habido consenso”.
Para aclarar esto, los investigadores examinaron los datos clínicos de 134 participantes del estudio, la mitad de los cuales los médicos habían diagnosticado recientemente depresión. Usando cuestionarios y análisis de sangre, los científicos recopilaron información sobre las historias de vida de los participantes, la salud mental, los patrones de sueño y otras posibles causas de estrés en sus vidas.
Los científicos también utilizaron escáneres de resonancia magnética funcional para estudiar la actividad cerebral de los participantes, lo que les permite cartografiar 78 regiones cerebrales y examinar las conexiones entre estas áreas.
“El principal desafío en este estudio”, explica el primer autor del estudio, Tomoki Tokuda, que es un estadístico en OIST, “fue desarrollar una herramienta estadística que pudiera extraer información relevante para agrupar temas similares”.
Tokuda desarrolló un nuevo método estadístico que permitió a los investigadores dividir más de 3,000 características medibles en cinco grupos de datos. Las características medibles incluyeron la incidencia de trauma infantil y la gravedad inicial del episodio depresivo.
Tipo de depresión farmacorresistente encontrado
De esos cinco grupos de datos, tres correspondieron con diferentes subtipos de depresión. Las imágenes del cerebro revelaron que la conectividad funcional de las diferentes áreas del cerebro que estaban conectadas al giro angular predecía si los ISRS trataban efectivamente la depresión.
El giro angular es una región del cerebro involucrada en el procesamiento del lenguaje, los números, la cognición espacial y la atención.
El estudio encontró que uno de los subtipos identificados, que no respondía a los ISRS, se correlacionaba con la conectividad funcional alta y con el trauma infantil.
Los otros dos subtipos de depresión, que respondieron bien a las drogas, se caracterizaron por una baja conectividad cerebral y la ausencia de traumas infantiles.
Estos hallazgos pueden ayudar a los médicos a predecir cómo el tratamiento eficaz de la depresión se basará en la conectividad funcional del cerebro y la incidencia de trauma infantil, explican los autores.
“Este es el primer estudio para identificar subtipos de depresión a partir de la historia de la vida y los datos de MRI”, dice el profesor Doya.
“Proporciona a los científicos que estudian los aspectos neurobiológicos de la depresión una dirección prometedora para continuar su investigación”, agrega el científico.