Por Ana Sandoiu

Un nuevo ensayo clínico prueba un medicamento que estimula la radioterapia en la lucha contra diversas formas de cáncer.

El cáncer sigue siendo una de las principales causas de muerte en el mundo. Según el Instituto Nacional del Cáncer, habrá 1,735,350 nuevos casos de cáncer para fines de 2018, de los cuales 609,640 personas morirán como resultado.

La radioterapia es uno de los tratamientos más comunes utilizados en la lucha contra el cáncer. Alrededor del 60 por ciento de los pacientes con cáncer se benefician de la radiación, que se usa sola o junto con la quimioterapia.

La radioterapia funciona al perforar el ADN dentro de las células cancerosas. Esto detiene el crecimiento y la multiplicación de las células cancerosas, lo que eventualmente hace que mueran.

Los médicos pueden usar la radiación para destruir por completo los tumores cancerosos o para reducirlos en preparación para la cirugía. Esto depende del tipo de tumor, ya que algunos cánceres son más sensibles a la radioterapia que otros.

Una nueva investigación puede haber encontrado una manera de aumentar la potencia de la radioterapia contra las células cancerosas. Los médicos administraron una nueva droga llamada 5-yodo-2-pirimidinona-2′-desoxribosa (IPdR), también llamada ropidoxuridina, a personas con cáncer en combinación con radioterapia.

El Dr. Timothy Kinsella, del Departamento de Oncología de Radiación de la Escuela de Medicina Warren Alpert de la Universidad de Brown y del Hospital Rhode Island, ambos en Providence, RI, presentó los resultados del ensayo clínico en el 30º Simposio EORTC-NCI-AACR sobre objetivos moleculares y la terapéutica del cáncer en Dublín, Irlanda.

El simposio es una colaboración entre la Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC), el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) y la Asociación Americana para la Investigación del Cáncer (AACR).

Probando los efectos de IPdR y radiación

El Dr. Kinsella explica cómo los científicos desarrollaron el medicamento IPdR y cómo se compara con otras terapias. Él dice: “Investigaciones anteriores encontraron un compuesto prometedor llamado iododeoxyuridine o IUdR, que funcionó muy bien para mejorar la efectividad de la radioterapia”.

Sin embargo, el investigador continúa: “IUdR solo se puede administrar por vía intravenosa y ha demostrado tener muchos efectos secundarios para los pacientes”.

“Como resultado, se desarrolló este nuevo medicamento, IPdR. Es un profármaco que se puede tomar como una cápsula y, una vez dentro del cuerpo, se convierte en el medicamento activo, IUdR”. Los investigadores creen que en su forma activa, la IUDR debilita las células cancerosas y las hace más fáciles de destruir con radiación.

En el ensayo, el Dr. Kinsella y el equipo administraron el medicamento a 18 personas con varios cánceres avanzados, incluido el cáncer de esófago, páncreas, hígado y colon.

Los participantes del ensayo recibieron una dosis del profármaco IPdR todos los días durante 28 días. Un profármaco es la versión inactiva de un fármaco que se activa una vez que se lleva a cabo la metabolización.

A lo largo del tratamiento de 28 días, los médicos aumentaron la dosis gradualmente, midieron los niveles tanto del profármaco IPdR como del IUdR activo en la sangre de los participantes, y también monitorearon a los participantes para detectar efectos secundarios.

IPdR ayuda a la radiación a matar las células cancerosas

En general, el ensayo encontró que la IPdR era segura hasta una dosis de 1,200 miligramos (mg) por día durante 28 días.

Los efectos secundarios fueron mínimos durante todo este período, y los resultados del ensayo indican que la dosis de 1,200 mg del profármaco aumentó los niveles en sangre del fármaco activo lo suficiente como para debilitar las células cancerosas frente a la radioterapia.

Además, los investigadores evaluaron los tumores de 14 de los pacientes con cáncer 54 días después del inicio del tratamiento. Las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas revelaron que los tumores desaparecieron por completo en una persona, se redujeron en un 30 por ciento en tres personas y se estancaron en otras nueve.

Un individuo desarrolló una infección y tuvo que interrumpir el tratamiento. Su condición empeoró como resultado.

La Dra. Kinsella comenta sobre los hallazgos y dice: “Este ensayo clínico mostró que cuando los pacientes toman IPdR en casa antes de recibir radioterapia, el nivel de IUdR en su torrente sanguíneo es lo suficientemente alto como para hacer que la radiación sea más efectiva para matar las células cancerosas”.

“También mostró que la dosis de IPdR necesaria para alcanzar niveles terapéuticos de IUdR en la sangre provoca efectos secundarios mínimos”.

“Sin embargo, este ensayo se realizó con pacientes que tenían cáncer recurrente y que ya habían recibido una serie de otros tratamientos para el cáncer”, señala el investigador. “En pacientes recién diagnosticados, podría ser que podamos usar de forma segura una dosis más alta y tener un mayor efecto sobre los tumores”.

“Este ensayo es el primero en probarlo en pacientes mientras reciben radioterapia, y los resultados sugieren que es seguro con efectos secundarios mínimos”. -Dr. Timothy Kinsella