Por Maria Cohut
Un nuevo estudio reveló que tres medicamentos comunes que se usan normalmente para tratar problemas cardiovasculares o diabetes también podrían ayudar en el tratamiento de algunas afecciones de salud mental graves, como la esquizofrenia.
Los científicos del University College London (UCL) en el Reino Unido, el Instituto Karolinska en Estocolmo, Suecia, y la Universidad de Hong Kong realizaron un estudio para ver cómo algunos medicamentos recetados comúnmente para tratamientos de salud física pueden afectar los síntomas de enfermedades mentales graves.
Lo hicieron utilizando grandes conjuntos de datos de población.
“Las enfermedades mentales graves”, dicen los autores del estudio, “incluyendo el trastorno bipolar, la esquizofrenia y las psicosis no afectivas, se asocian con altos niveles de morbilidad y son difíciles de tratar”.
“Se ha identificado que muchos medicamentos tienen potencial para reutilizarse en estos trastornos”, añaden en la introducción de su documento de estudio.
El primer autor es Joseph Hayes, de UCL, y el artículo aparece en la revista JAMA Psychiatry.
Hayes y el equipo decidieron centrarse en tres de los medicamentos más comunes para problemas de salud física:
- Inhibidores de la reductasa de la coenzima A de hidroxilmetil glutarilo, o estatinas, que son útiles para el manejo del colesterol alto y la enfermedad cardíaca
- Antagonistas del canal de calcio de tipo L (LTCC), que tratan la presión arterial alta
- Biguanidas, que la gente usa para tratar la diabetes
Según Hayes, “este estudio es el primero en utilizar grandes conjuntos de datos de población para comparar la exposición del paciente a estos medicamentos de uso común y los posibles efectos en personas con enfermedades mentales graves”.
Menos hospitalizaciones, autolesiones reducidas
Los científicos analizaron los datos relacionados con la salud de 142,691 personas de Suecia que tenían una condición de salud mental grave y estaban tomando uno o más de los tres medicamentos comunes mencionados anteriormente por un período de tiempo.
Hayes y su equipo examinaron los registros que mencionaban casos de autolesiones y el ingreso en el hospital por motivos relacionados con la salud mental. Compararon las tasas a las que ocurrieron estos eventos mientras los participantes tomaban estatinas, LTCC o biguanidas con períodos durante los cuales no los tomaron.
Los investigadores descubrieron que durante los períodos en que tomaban estatinas, LTCC o biguanidas, las personas con un diagnóstico grave de salud mental registraron menos hospitalizaciones por síntomas psiquiátricos que en los períodos en que no tomaron este medicamento.
Además, las personas con trastorno bipolar o esquizofrenia intentaron autolesionarse con menos frecuencia en momentos en que tomaron alguno de los tres medicamentos comunes. Lo mismo sucedió con los individuos con psicosis no afectiva durante los períodos en que tomaron LTCC, específicamente.
Estos efectos parecen ser independientes de si los individuos tomaron o no medicamentos especializados, como los antipsicóticos o los estabilizadores del ánimo, que se dirigen específicamente a los síntomas de un problema de salud mental en particular.
“Nuestra investigación”, según Hayes, “proporciona evidencia adicional de que la exposición a [estatinas], antagonistas de LTCC y biguanidas podría conducir a mejores resultados para las personas con [enfermedades mentales graves]”.
“Los tres medicamentos estudiados son medicamentos de licencia global, de uso común, baratos y relativamente seguros. Por lo tanto, son candidatos ideales para la reutilización. Si se verifica, este estudio tiene implicaciones considerables para la práctica clínica y el desarrollo de medicamentos”. -Joseph hayes
Aunque los investigadores saben que las estatinas, el LTCC y las biguanidas interactúan con el sistema nervioso central, no está claro cómo lo impactan, exactamente, en términos de mecanismos biológicos. Esto, señalan los investigadores, debería ser el foco de más estudios.