Por Catharine Paddock
Un medicamento recetado ya en uso para el tratamiento de la hipertensión arterial podría ser eficaz contra enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer y el Huntington, en el que se acumulan proteínas tóxicas en las células del cerebro.
Los científicos de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido y los Institutos de Biomedicina y Salud de Guangzhou en China sugieren que el medicamento contra la hipertensión felodipina podría ser un candidato prometedor para “reutilizar” como tratamiento para afecciones neurodegenerativas.
En experimentos con pez cebra y ratones, demostraron que la felodipina puede provocar un proceso de reciclaje celular llamado autofagia para eliminar las proteínas tóxicas de las células cerebrales o neuronas.
“Nuestros datos sugieren”, escribieron en un reciente artículo de Nature Communications, “que la felodipina induce la autofagia en las neuronas y mejora la eliminación de una gama de proteínas que causan enfermedades: huntingtina mutante, α-sininucleína mutante y tau”.
La huntingtina mutante es característica de la enfermedad de Huntington, mientras que la alfa-sinucleína mutante y la tau son características de la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer, respectivamente.
El estudio es importante porque muestra que la felodipina puede eliminar la alfa-sinucleína mutante de los cerebros de los ratones a niveles sanguíneos “similares a los que se verían en humanos que toman el medicamento [para la hipertensión]”.
“Esta es la primera vez”, dice el autor del estudio correspondiente David C. Rubinsztein, profesor de neurogenética molecular en la Universidad de Cambridge, “que sabemos que un estudio ha demostrado que un medicamento aprobado puede retardar la acumulación de sustancias nocivas. “Proteínas en el cerebro de ratones que usan dosis para imitar las concentraciones de la droga observada en humanos”.
“Como resultado”, continúa, “el medicamento fue capaz de ralentizar la progresión de estas condiciones potencialmente devastadoras, por lo que creemos que debería probarse en pacientes”.
Proteínas tóxicas y autofagia
La producción de proteínas en las células es compleja e involucra muchos componentes. El proceso crea una larga cadena de aminoácidos y luego la pliega en forma 3D.
Sin embargo, cuando las proteínas no se pliegan correctamente, pueden acumularse en grupos potencialmente tóxicos. Dicha acumulación es un desencadenante de la autofagia, una función celular que elimina las proteínas defectuosas, las descompone y recicla los componentes.
El profesor Rubinsztein y sus colegas comentan que las enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson, la enfermedad de Huntington y la enfermedad de Alzheimer comúnmente presentan la “acumulación de proteínas propensas a los agregados dentro de las […] neuronas”, y citan estudios que han demostrado cómo la autofagia deteriorada puede llevar a tal acumulación
Los estudios también han demostrado que inducir la autofagia química o genéticamente en moscas, pez cebra y ratones puede eliminar estas proteínas tóxicas y reducir el daño que causan.
Sin embargo, hasta el momento, no existen tratamientos para las enfermedades neurodegenerativas que usan “inductores de autofagia”. Una forma de desarrollar tratamientos sería comenzar desde cero con nuevos fármacos experimentales.
Otra forma sería buscar candidatos potenciales entre los medicamentos que los reguladores ya han aprobado para otras condiciones humanas y probarlos para la nueva condición. Tal ruta puede reducir el tiempo y el costo de desarrollar un nuevo tratamiento.
Motivos para el ‘optimismo cauteloso’
Los científicos utilizaron ratones y pez cebra genéticamente alterados para su estudio. Los ratones tenían alteraciones genéticas que los inducían a desarrollar la enfermedad de Huntington o un tipo de enfermedad de Parkinson. El pez cebra tenía alteraciones genéticas que indujeron cambios que modelan una forma de demencia.
El tratamiento con felodipino redujo la acumulación de proteínas tóxicas, plegadas incorrectamente y los signos de enfermedad en los modelos de ratón de la enfermedad de Huntington y la enfermedad de Parkinson, así como en el modelo de pez cebra de la demencia.
Cuando los científicos estudian los efectos de las drogas en ratones, suelen utilizar niveles más altos que las dosis que son seguras en los seres humanos. En este estudio, sin embargo, el equipo mostró que los niveles en sangre de felodipina necesarios para desencadenar la autofagia eran similares a los de los humanos.
Insertaron “minibombas” debajo de la piel de los ratones para permitir las concentraciones de fármaco en niveles similares a los de los humanos y mantener los niveles constantes sin fluctuaciones salvajes.
“Nuestros datos con esta administración de minibomba sugieren que a concentraciones plasmáticas similares a las de los humanos, la felodipina puede inducir autofagia en los cerebros de los ratones y proteínas claras propensas a enfermedades agregadas”, concluyen los autores del estudio.
Estos resultados son solo el comienzo, dice el profesor Rubinsztein. “Tenemos que ser cautelosos”, agrega, “pero me gustaría decir que podemos ser cautelosamente optimistas”.
“El medicamento deberá probarse en pacientes para ver si tiene los mismos efectos en humanos que en ratones”. -Prof. David C. Rubinsztein