Por Ana Sandoiu

Los investigadores han encontrado una manera de predecir la vida útil de una persona mediante el estudio de las variaciones genéticas en el genoma humano que son responsables del inevitable proceso de envejecimiento.

Todos estamos interesados ​​en vivir vidas más largas y sanas.

Desde consejos nutricionales hasta cambios en el estilo de vida, los investigadores están trabajando arduamente para descubrir los secretos de una longevidad saludable y compartirlos con el público.

Sin embargo, aunque caminar más rápido o comer pescado puede aumentar nuestras posibilidades de vivir más tiempo, los genes también tienen su opinión para predecir cuánto tiempo vivimos.

Una nueva investigación profundiza en nuestro destino genético. Un nuevo estudio presentado en la reunión anual de la American Society of Human Genetics 2018, celebrada en San Diego, CA, sugiere que nuestras variaciones genéticas pueden predecir quién vivirá más tiempo.

Paul Timmers, un estudiante graduado de la Universidad de Edimburgo en el Reino Unido, es el primer autor del artículo y presentó el estudio en la conferencia.

21 nuevas ubicaciones genéticas pueden predecir la vida útil

Timmers y su equipo querían descubrir los factores genéticos que “deciden” quién puede vivir más tiempo. Entonces, compararon los datos genéticos de más de medio millón de personas con información sobre la vida útil de cada uno de los padres de estos individuos.

La gran muestra permitió a los investigadores obtener información estadística sobre los efectos de los genes individuales. En general, los investigadores confirmaron seis asociaciones genéticas con el envejecimiento que los científicos ya habían establecido, como el vínculo entre el gen APOE y el riesgo d

Además, el equipo descubrió 21 ubicaciones genéticas novedosas que influyen en la vida útil de una persona. Utilizando esta nueva información, Timmers y sus colegas idearon un llamado puntaje poligénico que predijo la supervivencia de una persona.

El puntaje predijo con precisión la vida útil “en deciles de expectativa de vida con una diferencia de más de 5 años desde el decil superior al inferior”. El primer autor del estudio explica lo que significan estos hallazgos, diciendo:

“Al usar solo la información genética de una persona, podemos identificar al 10 por ciento de las personas con los genes más protectores, que vivirán un promedio de 5 años más que el 10 por ciento menos protegido”. -Paul timmers

Variantes genéticas relacionadas con la enfermedad, la esperanza de vida

Además, los científicos descubrieron que las variantes genéticas comunes “relacionadas con la demencia, el tabaquismo / cáncer de pulmón y el riesgo cardiovascular explican la mayor cantidad de variación en la vida útil”.

Estiman que al menos 1 de cada 200 personas tienen tales variantes genéticas, también llamadas polimorfismos de un solo nucleótido (SNP).

Curiosamente, el estudio no encontró predicciones de vida útil para otros tipos de cáncer. Esto sugiere que el riesgo de morir a causa de otras formas de cáncer puede reducirse a SNPs diferentes y más raros, o al medio ambiente.

El primer autor del estudio comenta estos hallazgos y dice: “Este fue un resultado interesante […] Sospechamos que las variantes que encontramos, como el tabaquismo y la enfermedad de Alzheimer, pertenecen únicamente al período moderno de la historia humana”.

“Por ejemplo”, agrega Timmers, “una propensión genética al humo no era perjudicial antes de que descubriéramos el tabaco, pero ahora sí. Ya que la selección natural aún no ha tenido muchas generaciones para actuar sobre estas variantes, las variantes aún son bastante comunes.”

Finalmente, el nuevo estudio también reveló el papel fundamental del cerebro para determinar la supervivencia de una persona. Las células y las vías proteicas más fuertemente influenciadas por los SNP que predicen la vida útil fueron las células cerebrales fetales y las células que se encuentran en la corteza prefrontal.

En el futuro, Timmers y sus colegas planean estudiar con precisión cómo estas variantes genéticas influyen en la vida útil de una persona. En última instancia, los investigadores tienen la esperanza de que algún día puedan frenar el proceso de envejecimiento.e desarrollar Alzheimer.