Por Ana Sandoiu
Un nuevo análisis de los informes clínicos y las investigaciones existentes sugiere que “el estrés es consecuencia y causa de la pérdida de visión”. Los hallazgos indican que los médicos deben abstenerse de agregar estrés innecesario a sus pacientes, y que reducir el estrés puede ayudar a restaurar la visión.
Cuando una persona pierde la vista, puede experimentar un alto nivel de estrés mental en forma de preocupaciones y ansiedad acerca de la situación. Algunas veces, en circunstancias más severas, pueden surgir depresión y aislamiento social.
Pero, ¿también ocurre lo contrario? ¿Puede el estrés llevar a una pérdida de visión? Un nuevo estudio, publicado en el EPMA Journal, la publicación oficial de la Asociación Europea de Medicina Predictiva, Preventiva y Personalizada, sugiere que sí puede.
La nueva investigación fue dirigida por el Prof. Bernhard Sabel, director del Instituto de Psicología Médica de la Universidad de Magdeburg en Alemania.
En su artículo, el Prof. Sabel y sus colegas explican que el estrés persistente, que aumenta los niveles de la hormona cortisol, puede afectar negativamente a nuestro sistema nervioso vascular y simpático. Esto, a su vez, afecta el cerebro y los ojos, lo que puede conducir a enfermedades como el glaucoma y la neuropatía óptica, lo que finalmente produce la pérdida completa de la visión.
El estrés causa y empeora las condiciones de los ojos
Después de analizar cientos de estudios y ensayos clínicos, el Prof. Sabel y sus colegas concluyen que el estrés no es solo una consecuencia de la pérdida de visión, sino que también puede agravar las afecciones oculares.
Como explica, “hay pruebas claras de un componente psicosomático para la pérdida de la visión, ya que el estrés es una causa importante, no solo una consecuencia, de la pérdida progresiva de la visión como resultado de enfermedades como el glaucoma, la neuropatía óptica, la retinopatía diabética y las relacionadas con la edad.”
Algunos de los estudios revisados en la nueva investigación incluso muestran que la reducción del estrés puede ayudar a restaurar la visión.
Los autores también explican que los pacientes a menudo han comunicado sus sospechas de que el estrés empeora su afección ocular. Sin embargo, los estudios que documentan este fenómeno de efectos psicosomáticos en la salud ocular son insuficientes.
‘Los médicos deberían inculcar optimismo’
Tal enfoque psicosomático a la oftalmología, explican el Prof. Sabel y su equipo, tiene varias consecuencias para la práctica clínica.
Por un lado, las estrategias para reducir el estrés, como la meditación, las técnicas de manejo del estrés o el asesoramiento psicológico, pueden servir para restaurar la visión y mejorar la salud ocular.
Tales técnicas no deberían simplemente complementar a la medicina convencional, escriben los autores, sino que también deberían usarse de forma preventiva.
En segundo lugar, los investigadores dicen, “los doctores deben hacer su mejor esfuerzo para inculcar positivismo y optimismo a sus pacientes mientras les dan la información a la que los pacientes tienen derecho“.
Co-autor del estudio Muneeb Faiq, Ph.D. – un investigador clínico con el Instituto de Ciencias Médicas de la India en Nueva Delhi, India, así como con el Departamento de Oftalmología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York en la ciudad de Nueva York – se hace eco de los mismos sentimientos.
Él dice: “El comportamiento y las palabras del médico pueden tener consecuencias de gran alcance para el pronóstico de pérdida de visión. A muchos pacientes se les dice que el pronóstico es malo y que deberían estar preparados para quedarse ciegos algún día”.
“Incluso cuando esto está lejos de la certeza y la ceguera total casi nunca ocurre, el miedo y la ansiedad subsiguientes son una doble carga neurológica y psicológica con consecuencias fisiológicas que a menudo empeoran la enfermedad”. -Muneeb Faiq, Ph.D.
Los autores admiten que se necesitan más estudios clínicos para confirmar sus hallazgos y para evaluar la eficacia de varias estrategias de reducción del estrés para frenar la pérdida progresiva de la visión y para mejorar las posibilidades de recuperación de la visión.
Tales ensayos clínicos son necesarios para proporcionar una base sólida para el campo de la oftalmología psicosomática, dicen los investigadores.