Por Maria Cohut
Las migrañas no son dolores de cabeza típicos; son eventos extremadamente dolorosos y a menudo se acompañan de náuseas, visión borrosa o ultrasensibilidad a olores, luz o sonidos. Estos episodios pueden ser debilitantes y altamente perjudiciales para la vida cotidiana. Más mujeres que hombres tienden a experimentarlas, y los investigadores preguntan por qué.
Los científicos de la Universitas Miguel Hernández en Elche, España, creen que la respuesta a por qué las migrañas son más comunes entre las mujeres puede deberse a la actividad de las hormonas sexuales.
“Podemos observar diferencias significativas en nuestro modelo experimental de migraña entre hombres y mujeres y estamos tratando de comprender los correlatos moleculares responsables de estas diferencias”, dice el profesor Antonio Ferrer-Montiel.
“Aunque este es un proceso complejo, creemos que la modulación del sistema trigeminovascular por hormonas sexuales juega un papel importante que no se ha abordado adecuadamente”. -Prof. Antonio Ferrer-Montiel
El sistema trigeminovascular está formado por neuronas que se encuentran en un nervio craneal conocido como el nervio trigeminovascular. Los investigadores han sugerido que este sistema está involucrado en los mecanismos de la migraña.
En el nuevo estudio, el profesor Ferrer-Montiel y su equipo argumentan que la actividad de las hormonas sexuales específicas interactúa con el sistema trigeminal de una manera que hace que sus células nerviosas sean más sensibles a los factores desencadenantes de la migraña.
Estos hallazgos ahora aparecen en la revista Frontiers in Molecular Biosciences, como parte de un número especial que se centra en la importancia de dirigir las proteínas en las membranas celulares como un enfoque terapéutico eficaz en medicina.
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¿El estrógeno contiene la respuesta?
Los investigadores realizaron una revisión de estudios existentes sobre las hormonas sexuales, lo que impulsa la sensibilidad a la migraña y cómo los nervios reaccionan a los desencadenantes de la migraña. Al hacerlo, buscaban comprender cómo las hormonas sexuales específicas podrían facilitar el desarrollo de las migrañas.
Muy pronto, descubrieron que ciertas hormonas sexuales, como la testosterona, en realidad parecen tener un papel protector. Sin embargo, otras hormonas, como la prolactina, parecen intensificar la gravedad de las migrañas, según los científicos.
Estas hormonas, dicen los autores, estimulan la sensibilidad de las células a los desencadenantes de la migraña o las desensibilizan al interactuar con los canales iónicos de las células. Se trata de un tipo de proteína de membrana que permite el paso de los iones (partículas cargadas) e influye en la sensibilidad de las células a diversos estímulos.
A través de su investigación, el Prof. Ferrer-Montiel y su equipo identificaron la hormona estrógeno como un jugador clave en el desarrollo de migrañas.
Al principio, el equipo observó que el estrógeno estaba vinculado a una mayor prevalencia de migraña en las mujeres que experimentan la menstruación. Además, también encontraron que ciertos tipos de migraña estaban relacionados con cambios en los niveles hormonales alrededor de la menstruación.
Específicamente, el Profesor Ferrer-Montiel y sus colegas notaron que los cambios en los niveles de estrógeno significan que las células del nervio trigémino pueden volverse más sensibles a los estímulos externos, lo que puede conducir a un episodio de migraña.
Al mismo tiempo, los investigadores advierten que nadie debe sacar conclusiones basadas en la evidencia recopilada hasta ahora. Este estudio, dicen, es preliminar, y se necesita mucha más investigación para determinar los roles exactos que desempeñan las hormonas en el desarrollo y la prevención de la migraña.
Además, el nuevo estudio se ha centrado en los hallazgos de investigaciones realizadas in vitro o en modelos animales, por lo que el profesor Ferrer-Montiel y sus colegas aconsejan que, en el futuro, será importante realizar estudios longitudinales con participantes humanos.
Si sus hallazgos se confirman y consolidan, los científicos creen que podrían conducir a mejores estrategias para el tratamiento de las migrañas.
“Si tiene éxito, contribuiremos a una mejor medicina personalizada para la terapia de migraña”, concluye el Prof. Ferrer-Montiel.